Por Jesús Agualimpia
Una vez más lo decimos: el negro en Colombia tiene que cambiar radicalmente su forma de actuar y de pensar, a fin de mejorar sus condiciones de vida. Es urgente y necesario que no lo sigan mirando como sumiso. Cuando el negro reclame sus derechos con coraje y argumentos como lo hacen los indígenas, la historia cambiará.
Precisamente la lucha de los indígenas por sus derechos colectivos es digna de destacar. Sin embargo no podemos olvidar que los negros fueron los esclavizados, los que trabajaron la tierra de sol a sol, obligados. Es una deuda histórica que el Estado colombiano no ha pagado.
Fueron los negros los que sin salarios, sin primas, ni vacaciones, trabajaron las minas de oro y platino. Trabajaron también la pesca, la agricultura, cultivaron el cacao, el tabaco, la caña de azúcar y el café. En otras palabras, consolidaron la base de la economía y riqueza del país.
Negros, por favor: prohibido olvidar. Recuerden que fueron las negras las que cocinaron, las que sirvieron de niñeras, parteras, las que mecieron las cunas de los que hoy son presidentes de la República, ministros, generales, grandes hombres y mujeres que gobiernan el país. Sin embargo solo le dejaron a los negros el deshonroso y denigrante título de esclavos.
Para conocer cómo estamos hoy, revisemos las estadísticas del negro en Colombia. El documento Conpes 2909 de 1997 recoge los estudios hechos por Planeación Nacional en el único censo serio que se ha llevado a cabo sobre los negros del país, y cuyos datos sirvieron de base para la formulación del Plan Colombia que le presentaron a Estados Unidos en 2002.
En dicho documento los negros en Colombia eran el 26% de la población, es decir 10’500’000 personas. Hoy, 15 años después, la cantidad de negros es de 13 millones. Ahora: ¿qué pasa con los negros y cuál es su situación después de finalizado el Plan Colombia?
La población afrocolombiana presenta en el sector rural una tasa de analfabetismo del 43% y del 20% en el sector urbano, mientras que esos mismos datos en el resto de la población es del 23% en el sector rural y del 7.3% en el sector urbano. De igual forma, los negros tienen en educación primaria una cobertura del 60% en áreas urbanas, mientras que en el sector rural solo alcanza el 41%, siendo los promedios del resto del país el 87% en el sector urbano y en lo rural el 73%.
Para la secundaria los negros tienen una cobertura del 38% en los centros urbanos, en cambio para el resto del país es del 88%. En la región Pacífica por cada 100 jóvenes negros que terminan la secundaria, solo dos terminan la universidad. Esto debido a la falta de recursos económicos. Los anteriores datos son solo una pequeña muestra de la realidad del negro en Colombia. En otra oportunidad analizaremos los temas de salud, vivienda y otros.